martes, 5 de abril de 2011

Inauguración Año Académico Departamento de Informática

Cuando enfocamos la energía, la transformamos en poder. Usando un lente, podemos enfocar la energía del sol, de manera que transforme todo lo que ella alcance.

Enfocamos la energía eléctrica como potencia para ser usada en un sinnúmero de dispositivos. Cada uno de ellos tiene su propósito.

Usando nuestro intelecto, enfocamos nuestra intención, de acuerdo a las necesidades del momento, lo que se expresa como habilidades de comportamiento, generando una respuesta adecuada a la situación en que nos encontramos. Enfocamos la conciencia, la energía de la vida, con el propósito de nuestra vida, lo cual a su vez, define nuestra meta.

Propósito es distinto a objetivo. Nuestro propósito es aquello que estamos aquí por hacer. El objetivo es lo que nos gustaría alcanzar en el contexto de lo que hacemos.

El propósito de una empresa puede ser, el crear y vender ciertos productos, su objetivo será el de alcanzar un valor cualitativo o cuantitativo determinado, en un plazo definido.

Nos damos cuenta de cuál es nuestro propósito examinando el interior del ser, el propósito no es enseñado desde el exterior.

Esta construido en nuestra naturaleza, tal como el de la semilla de un alerce. La semilla eventualmente se transformará en un gran árbol, demostrando su propósito las 24 horas del día, tomando CO2, procesándolo para entregar O2. Si el árbol es verdadero a su propósito, hará naturalmente lo que debe hacer, fortaleciéndose en el proceso.

En un mundo interconectado e interdependiente todo existe para algo o alguien.

Para los seres humanos el principio es el mismo. Absorbemos, procesamos y entregamos. Absorbemos conocimiento, sabiduría y el saber cómo, lo procesamos y lo entregamos a otro. Tomamos nuestra experiencia de vida, la procesamos y se la entregamos a la próxima generación.

Estamos diseñados para vivir en relación, en comunidad, para intercambiar energía con otros. Al hacerlo, crecemos y fortalecemos nuestra capacidad de vivir una vida plena.

Parece simple, pero no lo es.

¿Por qué? Porque nuestro propósito no lo vemos claramente hasta conocer realmente nuestro Self. La influencia más poderosa sobre nuestro sentido de propósito es nuestra identidad, la conciencia de quien y que somos.

Si nos identificamos como ingeniero/a u hombre/mujer de negocios, entonces nuestro propósito parece ser el de lograr beneficio económico.

Si nos vemos como un ser físico de vida limitada, nuestro propósito se orientará a la supervivencia y viviremos con el ruido de la ansiedad.

Si aprendemos a identificarnos como seres espirituales, nuestro Self estará libre de las inseguridades y ansiedades, permitiendo que nos enfoquemos correctamente con el propósito de nuestra vida.

Hemos aprendido a identificarnos con lo que somos y lo que no somos. Desde lo que hacemos, lo que creemos, lo que poseemos.

Hay dos dimensiones importantes para encontrar nuestro propósito y en consecuencia transformar nuestra energía en poder – ser y hacer.

Nuestro propósito primordial es simplemente ser nuestro Self.

Cuando estamos siendo auténticos, podemos darnos cuenta que somos naturales. Lo que hacemos naturalmente es conectarnos con el mundo que nos rodea.

Al ser naturales, nos daremos cuenta que la verdadera naturaleza es dar desde el ser y recibir energía de quienes nos rodean.

En este sentido, dar es recibir.

Afortunado es el ser, que se ha dado cuenta que la vida es una oportunidad para crear formas de conectarnos y dar desde el Self, sin importar el contexto.

Inteligente es aquel que encuentra formas de dar vida a su propósito, en el contexto de las actividades del día a día.

Inteligente es aquel que va a su trabajo, no porque recibirá un sueldo para pagar las cuentas, sino para estar disponible a ayudar a los otros con quienes trabaja.

A menudo éstos son llamados líderes.