miércoles, 26 de noviembre de 2008

El amor disuelve el odio

El amor disuelve el odio. La compasión funde la crueldad y tranquiliza la pasión. La cooperación evoca el amor y cuando se es cortés, los demás se inclinan; esto crea armonía.
Cuando nuestra Institución es enlutada por un acto de la vida, inesperado, inexplicable y repentino, buscamos explicaciones que aparentemente resuelven con lógica, aquello que es indescriptible, solo un acto de naturaleza y destino.
Tres alumnos nuestros desaparecen de nuestras aulas, sus alegrías, risas, amistad y canto ya no los escucharemos. Es momento de reflexión y meditación. ¿Cuál es la reacción de la Universidad frente a este hecho? Solo cabe acoger, tranquilizar, proteger y responder con amor y sabiduría a las preguntas que circulan como el viento al atardecer por nuestros pasillos.
No es aceptable sermonear, llamar la atención, denigrar el recuerdo a quienes vienen a expresar su dolor junto a quienes dirigen la Universidad.
Permitan que sus ojos sean un espejo de los demás, reflejando solamente sus cualidades más nobles.